El año pasado, la propuesta, aprobación e implementación de la Ley Rider en España, pasará a la historia como una ley que atentó en contra de la economía colaborativa y de miles de repartidores en España, quienes perdieron sus ingresos y flexibilidad. Testimonios en portales internacionales sobran y en esta ocasión, Jordi Mateo, presidente de la Asociación Profesional de Riders Autónomos (APRA), además de ofrecernos su testimonio y explicación sobre los estragos que la Ley Rider ha representado para él y sus colegas repartidores, ha enviado un mensaje a los repartidores mexicanos que temen que la Ley Sheinbaum represente el mismo desastre.
“Lo que queríamos más del 80% de los repartidores en todo el país, era seguir siendo autónomos. Nos estaban vendiendo que nos querían salvar la precariedad, sin embargo, la precariedad ha llegado ahora”. De acuerdo con Jordi, más de 4 mil repartidores han sido despedidos y cada vez las plataformas se han visto obligadas a cerrar sus servicios en más ciudades.
Recordemos que la Ley Rider obligó a las empresas a contratar a los repartidores como empleados y que éstos se volvieran asalariados, lo cual, como lo explica Jordi, era lo último que los riders querían. En reportajes como los de Wired; “España tenía un plan para arreglar la economía Gig. NO FUNCIONÓ”, se aborda el tema de la Ley Rider con testimonios contundentes de repartidores: “Ocho horas al día solían ser suficientes. Ahora tengo que trabajar más para ganar la misma cantidad de dinero. “Todo comenzó con la ‘Ley Rider. Ellos [el gobierno español] dijeron que era lo mejor para nosotros, pero sólo ha hecho que nuestros trabajos sean precarios”.
De acuerdo con Jordi Mateo, “los pocos contratos que siguen existiendo son temporales y a través de empresas externas, en los que nos obligan a trabajar día y noche con horarios relativos que no nos permiten tener otros trabajos e ingresos”. Asimismo, Jordi recordó la salida de Deliveroo, plataforma que se tuvo que ir por no contar con las condiciones ni certidumbre de seguir operando en España. Esto representó la salida de millones de inversión y que miles de repartidores perdieran de golpe su fuente de ingresos: “Estaba tan enojada cuando escuché que [Deliveroo] se iba, es mi mayor fuente de ingresos y luego, de repente, me dijeron que se iba”, dijo Lydia Camargo, una repartidora de 42 años de Madrid que trabajaba con Deliveroo a Wired. “Esta ley nos está dejando sin nada”.
Jordi recomendó a repartidores de otros países, incluidos México, que los repartidores salgan a la calle ante legislaciones de este tipo: “los gobiernos deben legislar, pero teniendo en cuenta a los afectados. Hagan toda la presión suficiente para que el gobierno de México no legisle esta ley a espaldas de los repartidores”.