La magia de Broadway ha llegado a la Ciudad de México con “Anastasia“, un musical que deslumbra con su escenografía y voces talentosas. Sin embargo, a pesar de su grandiosa producción, hay aspectos que suscitan dudas en cuanto a la profundidad de sus temas y su enfoque.
La trama de “Anastasia” difiere de los clásicos de Disney Animation, ya que se basa en la historia de Anastasia Nikoláyevna, la duquesa de Rusia, quien busca descubrir su verdadera identidad después de la revolución bolchevique y la ejecución de la familia Imperial.
Aunque no tan familiar como otras historias, el musical busca encontrar su lugar entre el público.
Desde el inicio, las coreografías y el escenario capturan la atención con su esplendor.
Las escenas en el palacio imperial con vestimentas invernales blancas y los bailes pulcros y precisos añaden un toque de fantasía rusa.
Las coreografías, como el encantador número inspirado en “El lago de los cisnes”, son ejecutadas de manera impecable, mereciendo un aplauso por su creatividad y destreza.
La ingeniosa utilización de escenarios móviles, en combinación con una pantalla gigante, contribuye a la inmersión en la ambientación y aporta dinamismo a la obra.
Sin duda, este es uno de los aspectos más destacados que mantiene a la audiencia cautivada.
La protagonista Mariana Dávila brilla en su interpretación vocal como Anastasia/Anya.
Aunque su canto es excepcional, algunos críticos mencionan que su carisma disminuye cuando no está cantando, lo que podría influir en la conexión emocional con el público.
Uno de los puntos cuestionables de la obra es su manejo del drama.
A diferencia de otros musicales de gran envergadura, las transiciones dramáticas en “Anastasia” parecen carecer de profundidad, lo que impide que los espectadores experimenten una montaña rusa emocional completa.
Aunque los personajes enfrentan obstáculos y triunfos, las emociones no se sienten tan intensas como se podría esperar.
Un aspecto polémico es la representación del zarismo y el régimen bolchevique en la historia. Algunos críticos se sienten incómodos con la forma en que la obra parece nostalgizar al régimen zarista y caricaturizar el régimen bolchevique.
Esto plantea preguntas sobre cómo la historia elige retratar los eventos históricos y sociales.
En resumen, “Anastasia” ofrece una experiencia escénica impresionante con coreografías deslumbrantes y voces talentosas.
Aunque cumple con las expectativas, algunos aspectos, como el enfoque dramático y la representación de temas históricos, pueden dejar a algunos espectadores deseando una conexión emocional más profunda.
A pesar de ello, es un espectáculo que merece ser visto por su esfuerzo y excelencia en la ejecución.
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