Este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador verá cumplido parcialmente uno de sus objetivos clave al frente del Ejecutivo Federal: el inicio de operaciones de Mexicana de Aviación, la aerolínea estatal que busca ofrecer boletos un 20% más económicos que las aerolíneas convencionales.
Sin embargo, el camino hacia este hito ha estado marcado por una serie de idas y vueltas, desafíos y misterios que han rodeado a la aerolínea en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El proyecto tomó relevancia en octubre del año pasado cuando el grupo de hackers conocido como Guacamaya reveló la intención de la Sedena de poner en marcha una aerolínea controlada por las Fuerzas Armadas, utilizando el avión presidencial Boeing 878.
Aunque el presidente López Obrador confirmó el plan, la turbulencia alrededor de la empresa ya se gestaba.
Mexicana de Aviación, considerada la cuarta aerolínea más longeva del mundo, tuvo sus inicios en 1921 con operaciones de capital privado.
Sin embargo, en 1982, el Gobierno de México adquirió el 54% de la empresa.
Tras una suspensión de operaciones en 2010, el renacimiento actual se distingue como una nueva empresa bajo el nombre de Mexicana de Aviación, según el especialista del sector aéreo, Fernando Gómez Suárez.
El proceso de resurgimiento incluyó la adquisición de la marca por parte del Ejecutivo por 815 millones de pesos, con la promesa de distribuir el monto entre los más de 7 mil trabajadores de la antigua Mexicana de Aviación.
Aunque se anunció la operación con 10 aviones arrendados, el proceso se ha enfrentado a obstáculos, como el cambio de aviones de Boeing a Embraer y finalmente a tres aviones Boeing 373-800 de la Fuerza Aérea Mexicana.
La incertidumbre persiste en torno a la rentabilidad de la empresa, especialmente con la reducción de la oferta inicial de 20 destinos a ocho
La venta de boletos se detuvo brevemente por la falta de certificación de operación, y con solo un avión operativo, las dudas sobre la rentabilidad a corto plazo se intensifican.
A pesar de los anuncios de vuelos de prueba y el inicio planeado de operaciones este martes, las incógnitas sobre el futuro de Mexicana de Aviación persisten.
Desde la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), se cuestiona si la empresa recibirá apoyos suficientes para mantener su promesa de ofrecer boletos un 20% más baratos, generando interrogantes sobre la competencia leal en el sector.
El panorama de Mexicana de Aviación, en su nuevo capítulo, sigue siendo un tablero con diversas piezas en movimiento, y la atención se centra en cómo la aerolínea superará los desafíos para consolidarse como una opción sólida en el competitivo mercado aéreo.