Lo que alguna vez fue un fenómeno cultural y un accesorio de moda indispensable, los vasos Stanley están enfrentando un declive que podría llevar a la marca a la quiebra. Desde convertirse en un símbolo de estilo de vida hasta ser objeto de controversias, la popularidad de estos vasos parece estar en su punto más bajo.
El ascenso meteórico de los vasos Stanley
La fama de los vasos Stanley se disparó en 2023 gracias a un video viral de TikTok. La usuaria @danimarielettering mostró cómo su vaso sobrevivió intacto a un incendio en un automóvil, con el hielo aún dentro. Este momento, con más de 94.8 millones de vistas, catapultó a la marca al estrellato y consolidó su reputación como un producto duradero y funcional.
A partir de ahí, Stanley colaboró con marcas como Starbucks y LoveShackFancy, lanzando ediciones limitadas que causaron frenesí entre los consumidores. Modelos exclusivos, como la versión del Día de San Valentín, desataron batallas en tiendas y en línea, mientras sus precios, entre $900 y $1,300 pesos mexicanos, no detuvieron la fiebre por estos vasos.
La controversia y el inicio del declive
El inicio del 2024 trajo problemas inesperados para Stanley. Rumores sobre la presencia de niveles peligrosos de metal en los vasos, aunque desmentidos rápidamente, dañaron la imagen de la marca. Poco después, la empresa tuvo que retirar del mercado 2.6 millones de tazas de viaje tras recibir 38 quejas de quemaduras por tapas defectuosas.
A esto se sumaron críticas hacia el modelo de consumo de la marca. Usuarios en redes sociales comenzaron a señalar que Stanley impulsó una obsesión por coleccionar productos “hechos para toda la vida”, contradiciendo su mensaje de sostenibilidad. Según un análisis de Jessica Kutz para Analyst, la marca adoptó tácticas similares a la moda rápida, fomentando un consumismo excesivo.
Además, el elevado precio y la falta de características esenciales, como una verdadera capacidad a prueba de derrames, empujaron a muchos consumidores a buscar alternativas más económicas y funcionales, como la marca Owala.
El fin de una era
A medida que la controversia creció, la percepción de los vasos Stanley pasó de ser un objeto de deseo a un ejemplo de tendencias pasajeras. En redes sociales, las preguntas se multiplicaron: ¿realmente necesitamos coleccionar más de diez Stanley en casa? ¿Fueron estos vasos tan funcionales como se prometió?
Aunque Stanley sigue intentando redimir su imagen con mensajes como “Estamos comprometidos con la mejora constante y la creación de productos de calidad diseñados para toda la vida”, el panorama actual sugiere que la marca enfrenta un futuro incierto.
Lo que comenzó como un símbolo de moda y funcionalidad se ha convertido en un caso de estudio sobre los peligros del consumismo y las tendencias virales. ¿Estamos presenciando el fin definitivo de los vasos Stanley? Solo el tiempo lo dirá.