Lo que comenzó como un desacuerdo por la reforma fiscal impulsada por Donald Trump escaló en cuestión de horas a una confrontación abierta entre el presidente de Estados Unidos y el magnate Elon Musk. El dueño de Tesla y X (antes Twitter) no sólo amenazó con romper el sistema bipartidista estadounidense, sino que arrojó una bomba mediática: acusó a Trump de estar implicado en el escándalo sexual de Jeffrey Epstein.
De aliados estratégicos a enemigos públicos
Musk y Trump compartieron durante años una relación simbiótica. El empresario sudafricano aportó más de 200 millones de dólares a la campaña presidencial del republicano, incluso fue huésped especial en la Casa Blanca y encabezó el efímero Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Pero esa alianza se resquebrajó con la llamada “gran y bella” reforma fiscal de Trump, que eliminó subsidios a los autos eléctricos, afectando directamente a Tesla.
Musk calificó la reforma como una “abominación repugnante”, y Trump respondió más de 24 horas después, asegurando que el empresario conocía el contenido de la ley desde el principio. “Está molesto porque incluimos el mandato de vehículos eléctricos, que supone una gran inversión”, afirmó desde la Oficina Oval junto al canciller alemán Friedrich Merz.
Musk contraatacó desde su red social X:
“Falso. El proyecto de ley nunca me lo mostraron y fue aprobado en la madrugada tan rápidamente que casi nadie en el Congreso pudo leerlo”.
Además, afirmó que sin su dinero, Trump no habría vencido a Kamala Harris en las elecciones presidenciales.
Musk lanza amenaza política: crear un tercer partido
Como respuesta a las declaraciones de Trump, Musk insinuó que fundará un nuevo partido político para representar a la mayoría de los votantes estadounidenses:
“Es hora de crear un nuevo partido político en Estados Unidos que sí representa el 80 por ciento la mitad (del electorado)”.
La declaración encendió alarmas en el Partido Republicano, al evocar lo ocurrido en 1992 con Ross Perot, quien al dividir el voto conservador permitió la victoria de Bill Clinton.
Trump, desde Truth Social, no tardó en responder con una amenaza financiera directa:
“La manera más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto […] es cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Elon. ¡Siempre me sorprendió que Biden no lo hiciera!”
Tesla se desploma en Wall Street
Las tensiones políticas tuvieron un impacto inmediato en los mercados. Las acciones de Tesla se desplomaron un 14% en la Bolsa de Nueva York, arrastrando al Nasdaq, al Dow Jones y al S&P 500. Analistas atribuyen la caída no sólo a la pérdida potencial de contratos federales, sino también al temor de una guerra prolongada entre dos de las figuras más influyentes del país.
La bomba: acusación sobre el caso Epstein
Lejos de detenerse, Musk intensificó el conflicto con una acusación que resonó en todo el país:
“Es hora de soltar la bomba. (Trump) aparece en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos”.
En un segundo mensaje, añadió:
“Guarden esta publicación para el futuro. La verdad saldrá a la luz”.
Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores, tenía vínculos públicos con figuras del poder económico y político, entre ellos Donald Trump. Aunque nunca se ha confirmado oficialmente la implicación directa del expresidente, la publicación de Musk reaviva uno de los escándalos más oscuros de la política estadounidense.
Silencio en la Casa Blanca
En un evento previamente agendado con la Orden Fraternal de la Policía, Trump evitó hacer comentarios a la prensa, dejando en suspenso su respuesta ante la grave acusación de Musk.
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